domingo, 27 de abril de 2008

diego "el cigala": lo que suena

son tres temas del CD publicado en 2001 por Diego "El Cigala", (Madrid, 1968) y producido por Javier Limón y secundado por Niño Josele en la guitarra, el maestro Bebo Valdés en el piano y Jerry González en la trompeta y las congas, .

Su padrino fue Camarón que lo llamaba "Dieguito" y de ahí que sea se le conozca también con ese diminutivo. Viene de una familia ligada al arte, sobrino de Rafael Farina, empezó como muchos cantando para el baile.

Este el el tercer CD en el que ya hay influencias de jazz y aires caribeños como el bolero, es anterior al más conocido "Lágrimas Negras" que grabó junto a Bebo Valdés al piano, también acompañado por Niño Josele en la guitarra y Paquito de Rivera al saxo, entre otros.

Ya subiré mas adelante otros temas de esta misma producción

sábado, 26 de abril de 2008

juan gelman recibió el premio cervantes: su discurso y un documental

La fotografía, tomada de EL PAÍS muestra a Juan Gelman guardando ayer un texto inédito en la "Caja de las Letras" del Instituto Cervantes de Madrid. La caja será abierta el 8 de mayo de 2050 a solicitud de Gelman.

Aquí dejo el link a un video documental realizado por el cineasta argentino Jorge Denti sobre Juan Gelman y que lo ha subido a la web el Instituto Cervantes a través de Cervantes TV. Juan Gelman y otras cuestiones en el que en algunos pasajes él mismo cuenta aspectos de su vida.

Leer también reporjate: Gelman arremete contra el olvido
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Discurso de Juan Gelman al recibir el premio Cervantes
23 de abril de 2008

Majestades, Señor Presidente del Gobierno, Señor Ministro de Cultura, Señor Rector de la Universidad de Alcalá de Henares, autoridades estatales, autonómicas, locales y académicas, amigas, amigos, señoras y señores:

Deseo, ante todo, expresar mi agradecimiento al jurado del Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes, a la alta investidura que lo patrocina y a las instituciones que hacen posible esta honrosísima distinción, la más preciada de la lengua, que hoy se me otorga. Mi gratitud es profunda y desborda lo meramente personal. En el año 2006 se galardonó con este Premio al gran poeta español Antonio Gamoneda y en el 2007 lo recibe también un poeta, esta vez de Iberoamérica. Se premia a la poesía entonces, “que es como una doncella tierna y de poca edad y en todo extremo hermosa” para don Quijote, doncella que, dice Cervantes en “Viaje del Parnaso”,
“puede pintar en la mitad del día
la noche, y en la noche más escura
el alba bella que las perlas cría…
Es de ingenio tan vivo y admirable
que a veces toca en puntos que suspenden,
por tener no se qué de inescrutable”.

A la poesía hoy se premia, como fuera premiada ayer y aun antes en este histórico Paraninfo donde voces muy altas resuenan todavía. Y es algo verdaderamente admirable en estos “Dürftiger Zeite”, estos tiempos mezquinos, estos tiempos de penuria, como los calificaba Hölderin preguntándose “Wozu Dichter”, para qué poetas. ¿Qué hubiera dicho hoy, en un mundo en el que cada tres segundos y medio un niño menor de cinco años muere de enfermedades curables, de hambre, de pobreza? Me pregunto cuántos habrán fallecido desde que comencé a decir estas palabras. Pero ahí está la poesía: de pie contra la muerte.

Safo habló del bello huerto en el que “un agua fresca rumorea entre las ramas de los manzanos, todo el lugar sombreado por las rosas y del ramaje tembloroso el sueño descendía”, Mallarmé conoció la desnudez de los sueños dispersos, Santa Teresa recogía las imágenes y los fantasmas de los objetos que mueven apetitos, San Juan bebió el vino de amor que sólo una copa sirve, Cavalcanti vio a la mujer que hacía temblar de claridad el aire, Hildegarda de Bingen lloró las suaves lágrimas de la compunción, y tanta belleza cargada de másvida causa el temblor de todo el ser. ¿No será la palabra poética el sueño de otro sueño?

Santa Teresa y San Juan de la Cruz tuvieron para mí un significado muy particular en el exilio al que me condenó la dictadura militar argentina. Su lectura desde otro lugar me reunió con lo que yo mismo sentía, es decir, la presencia ausente de lo amado, Dios para ellos, el país del que fui expulsado para mí. Y cuánta compañía de imposible me brindaron. Ese es un destino “que no es sino morir muchas veces”, comprobaba Teresa de Avila. Y yo moría muchas veces y más con cada noticia de un amigo o compañero asesinado o desaparecido que agrandaba la pérdida de lo amado. La dictadura militar argentina desapareció a 30.000 personas y cabe señalar que la palabra “desaparecido” es una sola, pero encierra cuatro conceptos: el secuestro de ciudadanas y ciudadanos inermes, su tortura, su asesinato y la desaparición de sus restos en el fuego, en el mar o en suelo ignoto. El Quijote me abría entonces manantiales de consuelo.

Lo leí por primera vez en mi adolescencia y con placer extremo después de cruzar, no sin esfuerzo, la barrera de las imposiciones escolares. Me acuciaba una pregunta: ¿cómo habrá sido el hombre, don Miguel? Conocía su vida de pobreza y sufrimiento, sus cárceles, su cautiverio en Argel, su Lepanto, los intentos fallidos de mejorar su suerte. Pero él, ¿quién era? Releía el autorretrato que trazó en el prólogo de las Novelas Ejemplares: “Este que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada”, que nada me decía, salvo la mención de sus “alegres ojos”. Comprendí entonces que él era en su escritura. Me interno en ella y aún hoy creo a veces escuchar sus carcajadas cuando acostaba al Caballero de la Triste Figura en el papel. Sólo quien, desde el dolor, ha escrito con verdadero goce puede dar a sus lectores un gozo semejante. Cómico es el rostro de la tragedia cuando se mira a sí misma.

Declaro que, en verdad. quise recorrer ante ustedes, con ustedes, los trabajos de Persiles y Sigismunda, o la locura quebradiza del licenciado Vidriera, o compartir la nueva admiración y la nueva maravilla del coloquio de los perros, o el combate verdaderamente ejemplar entre los poetas malos y los buenos que tiene lugar en “Viaje del Parnaso” y en el que cualquier buen poeta podía caer herido por un pésimo soneto bien arrojado. Pero tal como la lámpara alimentada a querosén que los campesinos de mi país encienden a la noche y alrededor de la cual se sientan a cenar, cuando hay, y luego a leer, cuando hay y cuando hay ganas, y a la que mosquitos y otros seres alados acuden ciegos de luz y la calor los mata, así yo, encandilado por don Alonso Quijano, no puedo sustraerme a su fulgor.

Muchas plumas hondas y brillantes han explorado los rincones del gran libro. Por eso, parafraseando al autor, declaro sin ironía alguna que, con seguridad, este discurso carece de invención, es menguado de estilo, pobre de conceptos, falto de toda erudición y doctrina. Sólo hablo como lector devoto de Cervantes, pero quién puede describir los territorios del asombro. Con mucha suerte y perspicacia, es posible apenas sentarse a la sombra de lo que siempre calla.

Cervantes se instala en un supuesto pasado de nobleza e hidalguía para criticar las injusticias de su época, que son las mismas de hoy: la pobreza, la opresión, la corrupción arriba y la impotencia abajo, la imposibilidad de mejorar los tiempos de penuria que Hölderlin nombró. Se burla de ese intento de cambio y se burla de esa burla porque sabe que jamás será posible terminar con la utopía, recortar la capacidad de sueño y de deseo de los seres humanos. Cervantes inventó la primera novela moderna, que contiene y es madre de todas las novedades posteriores, de Kafka a Joyce. Y cuando en pleno siglo XX Michel Foucault encuentra en Raymond Roussel las características de la novela moderna, éstas: “el espacio, el vacío, la muerte, la transgresión, la distancia, el delirio, el doble, la locura, el simulacro, la fractura del sujeto”, uno se pregunta ¿qué? ¿No existe todo eso, y más, en la escritura de Cervantes?

Su modernidad no se limita a un singular universo literario. La más humana es un espejo en el que podemos aún mirarnos sin deformaciones en este siglo XXI. Dice Don Quijote: “Bien hayan aquellos benditos siglos que carecieron de la espantable furia de aquestos endemoniados instrumentos de la artillería a cuyo inventor tengo para mí que en el infierno se le está dando el premio de su diabólica invención, con la cual dio causa que un infame y cobarde brazo quite la vida a un valeroso caballero, y que sin saber cómo o por dónde, en la mitad del coraje y brío que enciende y anima a los valientes pechos, llega una desmandada bala (disparada de quien quizá huyó y se espantó del resplandor que hizo el fuego al disparar la maldita máquina) y corta y acaba en un instante los pensamientos y la vida de quien la merecía gozar luengos siglos”.

Desde el lugar de presunto caballero andante quejoso de que las armas de fuego hayan sustituido a las espadas, y que una bala lejana torne inútil el combate cuerpo a cuerpo, Don Quijote destaca un hecho que ha modificado por completo la concepción de la muerte en Occidente: es la aparición de la muerte a distancia, cada vez más segura para el que mata, cada vez más terrible para el que muere. Pasaron al olvido las ceremonias públicas y organizadas que presidía el mismo agonizante en su lecho: la despedida de los familiares, los amigos, los vecinos, el dictado del testamento ante los deudos. La muerte hospitalizada llega hoy con un cortejo de silencios y mentiras.

Y qué decir de los 200.000 civiles de Hiroshima que el coronel Paul Tobbets aniquiló desde la altura apretando un simple botón. Piloteaba un aparato que bautizó con el nombre de su madre, arrojó la bomba atómica y después durmió tranquilo todas las noches, dijo. Pocos conocen el nombre de las víctimas cuya vida el coronel había segado. La muerte se ha vuelto anónima y hay algo peor: hoy mismo centenares de miles de seres humanos son privados de la muerte propia. Así se da en Irak.

Creo, sin embargo, como el historiador y filósofo Juan Carlos Rodríguez, que el Quijote es una gran novela de amor. Del amor imposible. En el amor se da lo que no se tiene y se recibe lo que no se da y ahí está la presencia del ser amado nunca visto, el amor a un mundo más humano nunca visto y torpemente entrevisto, el amor a una mujer que no es y a una justicia para todos que no es. Son amores diferentes pero se juntan en un haz de fuego. ¿Y acaso no quisimos hacer quijotadas en alguna ocasión, ayudar a los flacos y menesterosos? ¿Luchando contra molinos de aspas de acero, que ya no de madera? ¿Despanzurrando odres de vino en vez de enfrentar a los dueños del dolor ajeno? ¿”En este valle de lágrimas, en este mal mundo que tenemos -dice Sancho-, donde apenas se halla cosa que esté sin mezcla de maldad, embuste y bellaquería”?

He celebrado hace dos años, con ocasión de la entrega del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, mi llegada a una España que no acepta las aventuras bélicas y que rompe clausuras sociales que hieren la intimidad de las personas. Hoy celebro nuevamente a una España empeñada en rescatar su memoria histórica, único camino para construir una conciencia cívica sólida que abra las puertas al futuro. Ya no vivimos en la Grecia del siglo V antes de Cristo en que los ciudadanos eran obligados a olvidar por decreto. Esa clase de olvido es imposible. Bien lo sabemos en nuestro Cono Sur.

Para San Agustín, la memoria es un santuario vasto, sin límite, en el que se llama a los recuerdos que a uno se le antojan. Pero hay recuerdos que no necesitan ser llamados y siempre están ahí y muestran su rostro sin descanso. Es el rostro de los seres amados que las dictaduras militares desaparecieron. Pesan en el interior de cada familiar, de cada amigo, de cada compañero de trabajo, alimentan preguntas incesantes: ¿cómo murieron? ¿Quiénes lo mataron? ¿Por qué? ¿Dónde están sus restos para recuperarlos y darles un lugar de homenaje y de memoria? ¿Dónde está la verdad, su verdad? La nuestra es la verdad del sufrimiento. La de los asesinos, la cobardía del silencio. Así prolongan la impunidad de sus crímenes y la convierten en impunidad dos veces.

Enterrar a sus muertos es una ley no escrita, dice Antígona, una ley fija siempre, inmutable, que no es una ley de hoy sino una ley eterna que nadie sabe cuándo comenzó a regir. “¡Iba yo a pisotear esas leyes venerables, impuestas por los dioses, ante la antojadiza voluntad de un hombre, fuera el que fuera!”, exclama. Así habla de y con los familiares de desaparecidos bajo las dictaduras militares que devastaron nuestros países. Y los hombres no han logrado aún lo que Medea pedía: curar el infortunio con el canto.

Hay quienes vilipendian este esfuerzo de memoria. Dicen que no hay que remover el pasado, que no hay que tener ojos en la nuca, que hay que mirar hacia adelante y no encarnizarse en reabrir viejas heridas. Están perfectamente equivocados. Las heridas aún no están cerradas. Laten en el subsuelo de la sociedad como un cáncer sin sosiego. Su único tratamiento es la verdad. Y luego, la justicia. Sólo así es posible el olvido verdadero. La memoria es memoria si es presente y así como Don Quijote limpiaba sus armas, hay que limpiar el pasado para que entre en su pasado. Y sospecho que no pocos de quienes preconizan la destitución del pasado en general, en realidad quieren la destitución de su pasado en particular.

Pero volviendo a algunos párrafos atrás: hay tanto que decir de Cervantes, de este hombre tan fuera del uso de los otros. De sus neologismos, por ejemplo. Salvo él, nadie vio a una persona caminar asnalmente. O llevar en la cabeza un baciyelmo. O bachillear. Don Quijote aprueba la creación de palabras nuevas, porque “esto es enriquecer la lengua, sobre quien tienen poder el vulgo y el uso”. Hace unos años ciertos poetas lanzaron una advertencia en tono casi legislativo: no hay que lastimar al lenguaje, como si éste fuera río coagulado, como si los pueblos no vinieran “lastimándolo” desde que empezaron a nombrar. Cuando Lope dice “siempre mañana y nunca mañanamos” agranda el lenguaje y muestra que el castellano vive, porque sólo no cambian las lenguas que están muertas. La lengua expande el lenguaje para hablar mejor consigo misma.

Esas invenciones laten en las entrañas de la lengua y traen balbuceos y brisas de la infancia como memoria de la palabra que de afuera vino, tocó al infante en su cuna y le abrió una herida que nunca ha de cerrar. Esas palabras nuevas, ¿no son acaso una victoria contra los límites del lenguaje? ¿Acaso el aire no nos sigue hablando? ¿Y el mar, la lluvia, no tienen muchas voces? ¿Cuántas palabras aún desconocidas guardan en sus silencios? Hay millones de espacios sin nombrar y la poesía trabaja y nombra lo que no tiene nombre todavía.

Esto exige que el poeta despeje en sí caminos que no recorrió antes, que desbroce las malezas de su subjetividad, que no escuche el estrépito de la palabra impuesta, que explore los mil rostros que la vivencia abre en la imaginación, que encuentre la expresión que les dé rostro en la escritura. El internarse en sí mismo del poeta es un atrevimiento que lo expone a la intemperie. Aunque bien decía Rilke: “[...] lo que finalmente nos resguarda/es nuestra desprotección”. Ese atrevimiento conduce al poeta a un más adentro de sí que lo trasciende como ser. Es un trascender hacia sí mismo que se dirige a la verdad del corazón y a la verdad del mundo. Marina Tsvetaeva, la gran poeta rusa aniquilada por el estalinismo, recordó alguna vez que el poeta no vive para escribir. Escribe para vivir.



viernes, 25 de abril de 2008

cuenta cuentos

esta semana estaba el Festival Internacional de Cuenta Cuentos y hace un par de días estuve allí.

Hace quince años empezaron los cuenta cuentos en la Casa en el Aire en Bellavista. Recuerdo esos años, cuando comenzaron con el taller de narrativa oral de Carlos Genovese, poco a poco se fueron ganando un espacio y no ir los miércoles empezó a ser imperdonable, porque aparte del gusto de escuchar los cuentos nos reuníamos con los amigos.

Asistí durante varios años, sin falta pero llegó un momento en que perdieron el brillo inicial. La última vez fuimos las tres a alguno de los capítulos del festival internacional. Es decir, he regresado a los años y no sé cuántos.

Fue muy agradable encontrarme con el lugar como era, igual de cálido. Me gustó ver un par de caras de las de antes todavía contando cuentos y con mayor creatividad. Y una sorpresa fue ver a Juan Guerrero, "Juanito" como le díce la To, a quien conocí hace años como actor del grupo de teatro "La Tirana" fundado y dirigido por el querido Jorge López Vidal, que desde hace poco más de un año vive en su Buenos Aires. Juan narró una historia de esas que el dijo que son "cazadas" por el mismo en la calle. En realidad la contó-actuó y fue muy bueno. Luego, obviamente conversamos, recordamos a Jorge (¿qué será del amigo?es que no es lo mismo de vez en cuando chatear a sentarse a conversar) y también intercambiamos los blogs.

Conocí también a un par de personas, amigos de la amiga que me invitó. Fue una buena conversación sobre culpas y vocaciones, de ese "deber ser" sin permitirse ser. Hablamos sobre esa transversalidad de la rigidez y la culpa que no le permite a la mayoría de gente de este país hacer y ser lo que quiere; de esa obligación de ser lo que se estudió pensando que era una vocación sin permitirse hacer otras, aunque aparezcan atractivas, porque ya se optó por algo. Y no es una referencia al trabajo, a lo laboral, sino a la libertad de hacer cosas que produzcan entusiasmo, alegría y que no necesariamente tienen que ser rentadas. Justamente ese día leí una entrevista a un español bloguero que hablaba de las múltiples vocaciones y que me llevó a la reflexión sobre el poder trabajar para vivir, es decir, no vivir en función del trabajo y hacer cosas que produzcan satisfacción (independientemente de cuanto reporta) en lugar de vivir para trabajar en función de acumular.

Descubrí que no era culpa de mi memoria o de haber usado una clave extraña, sino que tenía que renovar mi registro en "Letras de Chile" para poder entrar y me enteré de una bella iniciativa que están llevando a cabo Letras de Chile con el Hogar de Cristo y Un Techo para Chile: "Tenemos tanto que contar" y que consiste en que adultos mayores del Hogar de Cristo que se han entrenado en la narrativa oral y en el canto popular van a los locales de la Red de Bibliotecas Infocap que mantiene Un Techo para Chile en los distintos campamentos de Santiago a contar y cantar. Me emocionó el saber que se hacen estas cosas hermosas y que hay gente que dando pasos de hormiguita avanza construyendo.

Me gustó, también saber, que el lenguaje está cambiando y ya no es "dame tu teléfono" o "dame tu email", sino "dame tu blog" y que eso va ligado al concepto de "comunidad virtual".

jueves, 24 de abril de 2008

encarna anillo

cantes de Encarna Anillo es el último posts en el podcast: alegrías y tientos

Dueña de una voz hermosa y de un cante que emociona, nacida en Cádiz en 1983, empezó con cante para el baile y en en 2003 cuando se empieza a destacar. En 2007, canta en "Poeta en Nueva York" de Federico García Lorca, como Blanca Li, junto a Carmen Linares y ese año empieza la grabación de su disco "Barcas de Plata" que lo edita a comienzos de 2008 el sello Flamenco Word Music, al cual pertenecen los dos temas subidos al podcast.

Subí y tuve que darlos de baja (no sé que ocurrió) a dos temas del guitarrista español Joaquín Chacón "Stablemates" , grabado en el album "Duets" junto al guitarrista José Luis Gámez y grabado en El Berlin Jazz Cafe de Madrid en febrero de 2007 y otro, "Dragonfly".

Por estos días. Joaquin Chacon, que empezó a ser conocido en los 80, se esta presentando en Quito con su quinteto de jazz.

lunes, 14 de abril de 2008

enrique morente, federico garcía lorca y leonard cohen

Enrique Morente (Albaicín, 1942), de los más importantes en el cante flamenco, ligado al cante tradicional, pero también con una mirada amplia a otras formas creativas y a relacionar la música con la poesía.

Esta grabación, concretamente, realizada en 1996 con Lagartija Nick, un grupo de rock de estilo trash, marca un hito importante, especialmente porque son poemas de Federico García Lorca que fueron traducidos y musicalizados por el escritor y músico Leonard Cohen (Montreal, 1934).

Más adelante seguiré subiendo otros temas del mismo album.



Pequeño Vals Vienés (*)
Federico García Lorca

En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals,
este vals con la boca cerrada.

En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados,
hay frescas guirnaldas de llanto.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals,
este vals que se muere en mis brazos.

Este vals, este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac,
que moja su cola en el mar.
Porque te quiero, te quiero amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals,
este vals de quebrada cintura.

Este vals, este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac,
que moja su cola en el mar.

En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga cabeza de río.
¡Mira qué orillas tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar.
Quiero amor mío, amor mío, dejar
violín y sepulcro, las cintas del vals.
Quiero amor mío, amor mío, dejar
violín y sepulcro, las cintas del vals.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals,
este vals del "te quiero siempre".

Este vals, este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac,
que moja su cola en el mar.

Este vals, este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac,
que moja su cola en el mar.

Porque te quiero, te quiero amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia ...


(*) Leonard Cohen tradujo esta letra al inglés para musicalizarlo con ritmo de vals


First we take Manhattan
Leonard Cohen

They sentenced me to twenty years of boredom
For trying to change the system from within
I’m coming now I’m coming to reward them
First we take Manhattan, then we take Berlin

I’m guided by a signal in the heavens
I’m guided by this birthmark on my skin
I’m guided by the beauty of our weapons
First we take Manhattan, then we take Berlin

I’d really like to live beside you, baby
I love your body and your spirit and your clothes
But you see that line there moving through the station?
I told you I told you I told you I was one of those

You loved me as a loser
But now you’re worried that I just might win
You know the way to stop me
But you don’t have the discipline
How many nights I prayed for this: to let my work begin
First we take Manhattan, then we take Berlin

I don’t like your fashion business, mister
And I don’t like these drugs that keep you thin
I don’t like what happened to your sister
First we take Manhattan, then we take Berlin

And thank you for those items that you sent me
The monkey and the plywood violin
I practiced every night and now I’m ready
First we take Manhattan, then we take Berlin

Remember me, I used to live for music
Remember me, I brought your groceries in
It’s Father’s Day and everybody’s wounded
First we take Manhattan, then we take Berlin


Manhattan
(traducción)

Me condenaron a veinte años de hastío
por intentar cambiar el sistema desde dentro.
Ahora vengo a desquitarme,
primero conquistaremos Manhattan,
después conquistaremos Berlín.

Me guía una señal en los cielos,
me guía una marca de mi piel,
me guía la belleza en nuestras armas,
primero conquistaremos Manhattan,
después conquistaremos Berlín.

Quisiera estar siempre contigo.
Me gusta tu cuerpo, tu espíritu y tu ropa,
pero ¿ves esa fila que avanza en la estación?
Te dije, ya te dije,
que yo, ay que yo era uno de ellos.

Me amaste como perdedor
y te preocupa que pueda vencer.
Sabes cómo detenerme
y no me sabes tú comprender.
¿Cuántas veces recé para yo volver a empezar?

Pimero conquistaremos Manhattan,
después conquistaremos Berlín.

Recuerda que yo vivía para la música,
recuerda que de mí te mantenías.
Hoy es el día del padre y estamos heridos,
después conquistaremos Berlín.

Quisiera estar siempre contigo.
Me gusta tu cuerpo, tu espíritu y tu ropa,
pero ¿ves esa fila que avanza en la estación?
Te dije, ya te dije,
que yo, ay que yo era uno de ellos




La Aurora de Nueva York
Federico García Lorca

La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de. cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.

La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.

La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.

Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.




Ciudad sin sueño
(Nocturno del Brooklyn Bridge)
Federico García Lorca

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas.
Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan
y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas
al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros.

No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Hay un muerto en el cementerio más lejano
que se queja tres años
porque tiene un paisaje seco en la rodilla;
y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto
que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase.

No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda
o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas.
Pero no hay olvido, ni sueño:
carne viva. Los besos atan las bocas
en una maraña de venas recientes
y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso
y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros.

Un día
los caballos vivirán en las tabernas
las hormigas furiosas
atacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas.
Otro día
veremos la resurrección de las mariposas disecadas
y aún andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudos
veremos brillar nuestro anillo y manar rosas de nuestra lengua.
¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
A los que guardan todavía huellas de zarpa y aguacero,
a aquel muchacho que llora porque no sabe la invención deí puente
o a aquel muerto que ya no tiene más que la cabeza y un zapato,
hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan,
donde espera la dentadura del oso,
donde espera la mano momificada del niño
y la piel del camello se eriza con un violento escalofrío azul.

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Pero si alguien cierra los ojos,
¡azotadlo, hijos míos, azotadlo!
Haya un panorama de ojos abiertos
y amargas llagas encendidas.
No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
Ya lo he dicho.
No duerme nadie.
Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes,
abrid los escotillones para que vea bajo la luna
las copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros.



Omega
(Poema para los muertos)

Como la noche es interminable
cuando se apoya en los enfermos.
Y hay barcos que buscan ser mirados
para poder hundirse tranquilos,
para poder hundirse tranquilos,
para poder hundirse tranquilos.

Si cada aldea tuviera una sirena
mi corazón tendría la forma de un zapato

No solloces, silencio,
que no nos sientan, que no nos sientan.
Tengo un guante de mercurio
y otro de seda, y otro de seda.
Se cayeron las estatuas
al abrirse la gran puerta.

Yo me cortaré la mano, me cortaré la mano derecha.
Tengo un guante de mercurio,
de mercurio y otro de seda.
Se cayeron las estatuas
al abrirse la gran puerta,
al abrirse la gran puerta.

Aqueos los golpes,
aqueos por Dios,
que se le arrancan las alas,
que se le arrancan las alas,
de fatiga, las alas,
las alas a mi corazón.

Como doblaron las campanas ...

No solloces, silencio,
que no nos sientan, que no nos sientan.
Tengo un guante de mercurio
y otro de seda, y otro de seda.
Se cayeron las estatuas
al abrirse la gran puerta.

¡Las hierbas!
¡Las hierbas!

Tú vienes vendiendo flores,
tú vienes vendiendo flores,
las tuyas son amarillas,
las mías de tos colores.

Tú vienes vendiendo flores,
tú vienes vendiendo flores,
las tuyas son amarillas,
las mías de tos colores.

No solloces, silencio,
silencio que no nos sientan.
Se cayeron las estatuas
al abrirse la gran puerta.

No solloces, silencio,
silencio que no nos sientan.
Se cayeron las estatuas
al abrirse la gran puerta.

No solloces, silencio,
silencio que no nos sientan.
Se cayeron las estatuas
al abrirse la gran puerta.


miércoles, 9 de abril de 2008

carmen silva: acto de homenaje

la idea del homenaje muy clara y definida: muchos actores para una sóla espectadora, la Carmen.

Una cámara registraba todo cuando suecedía en el teatro del SIDARTE (Sindicato de Actores de Chile), una cámara que, en el momento, representaba a la Carmen pero que una vez terminado y editado se convertiría en la ventanita por la que ella iba a ser la espectadora.

Y empezó el acto con el maestro de ceremonia pidiendo que NO se apaguen los celulares, sino que al contrario se los encienda para que en la oscuridad las lucecitas lleven el ritmo de "Les Toreadores" de la Opera Carmen.
Luego, en una pantalla se proyectaron, con un fondo musical, imágenes de sus cuadros intervenidas con tomas de ella riendo, hablando. canto, baile, actuación y palabras cargadas de cariño, de recuerdos, impresiones y sensaciones que recorrieron su vida de pintora, de artista, de mujer consecuente y política.

Los actores-amigos, provenientes de esos distintos "mundos", se hicieron presentes con sus palabras. Del mundo del arte, del político, del barrio y la junta de vecinos, su familia, todos hablándole a ella, diciéndole cuanto la queremos, cuanto necesitamos de esa energía desbordante y de su alegría.

Niños y viejos. Gente que militó con ella durante la UP, gente que la conoció durante el exilio en el Ecuador, aquellos con los que emprende tareas en el día a día en el barrio. Todos diciéndole lo importante que es que salga adelante, que supere a la enfermedad, que vuelva porque hace falta

Fue un acto alegre y con momentos simpáticos, como cuando alguien se olvidaba de presentar al que seguía y entonces venía la órden "corten!" y se grababa nuevamente la escena.

Fue hermoso el homenaje de anoche. Hermoso por la fuerza, la energía y sobretodo el cariño que se le entregó a la Carmen...a la Carmen Silva.


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Carta a la Carmen

Mi querida Carmen, en estos días difíciles para ti son muchas las cosas en las que he pensado y recordado pero hay una que me ronda especialmente, que tiene que ver con tu corazón grande y es por eso que te pregunto ¿cuántos hijos e hijas has tenido? Y no por que lo sepas, sino todo lo contrario. No hablo de los tuyos propios, sino de todos los que has llamado hijo o hija y que te hemos asumido como madre. Aun me ronda la idea sobre si ese ser mamá de eternos brazos abiertos tiene que ver con la pérdida de la tuya cuando eras una niña.

¿Te acuerdas hace unos días, les contabas a mis hijas que nos conocimos cuando yo tenía casi la edad de la pequeña y tú casi la misma que tengo ahora?

Vivías con la Carmencita de entonces, la Carmen de ahora, en la Carvajal, a pocas cuadras, cinco exactamente, las tenía contadas, tu más hacia La Gasca, yo hacia el norte. Después te fuiste cuesta arriba, a la Obispo Díaz de la Madrid, pomposo nombre, como calle de pintora y lo primero que se veía en la entrada de tu departamento era ese inmenso cuadro de “La exiliada”. Y parece que te gustaban las alturas, porque el taller donde hacías las clases, era más arriba todavía, encaramada en las faldas mismas del Pichincha, curiosamente, al lado de la Policía.

Andabas de tacos por Quito, a pesar de las cuestas, con tu eterno pelo negro y con minifalda. Ellos, los hombres, siempre te miraban y seguían tu andar, era algo normal como lo era cuando alguna cara de seductor se transformaba en asombro y luego admiración al escucharte hablar. Andabas primero con tu hija, luego con la Natalia y más tarde con el “gordo” que ahora se llama Jorge.

Siempre has sabido combinar armónicamente el arte con la política. La primera vez que te vi fue en algún acto de solidaridad con Chile. Ahí supe que habías llegado unos tres o cuatro años antes, en el 73. Que hacías clases en la Escuela de Teatro de la Universidad Central. Pasaron por tus clases Jaime Zapata, Marcelo Vásconez, Marcelo Aguirre…tantos, que aprendieron-aprendimos de ti lo más básico, que si no se sabe dibujar no se puede pintar.

Tu primer barrio La Floresta. A tu casa llegaban muchos. Tu, la mamá que recibía, que acogía, que guiaba y enseñaba. La mamá de la Carmencita, la mamá de todos. La pintora, la lectora, la que escribe, la artista, la actriz de la Opera de los Tres Centavos, la política, la mujer presente y solidaria no sólo con tu país en dictadura, sino con Nicaragua, El Salvador, Guatemala…ahí estabas, sigues estando.

Pero ese tiempo pasado de las palabras es presente, porque si bien ya no recibes a los que llegan en tu casa, sigues acogiendo a esos exiliados de la vida que deambulan por tu barrio. Y se te pierden y les buscas. Y les dibujas y les pintas. Y sabes cada nombre, cada historia igual que en Quito, como en el Valle del Chota, en medio de la aridez salpicada de casas donde enseñabas y donde tanto te siguen queriendo.

Por eso te escriben los amigos. Raúl Pérez Torres que te dice “Tienes que saber que aquí en el Ecuador dejaste una huella imborrable entre los artistas y escritores de nuestra Patria. Esa huella yo la tengo marcada en mi corazón y por eso te envío mi energía y mi amor para que todo salga como una vida revolucionaria se merece. Un beso en nombre de la Sociedad Ecuatoriana de Escritores y de todos los pintores a los que enseñaste magia.”

O Rocío Peralbo que agrega “Tan chilena, tan ecuatoriana y tan latinoamericana a la vez. Tan solidaria y mamá gallina. Siempre te recordamos con tu sonrisa amplia, estruendosa, tu mini negra y tus botas negras, corriendo para todo lado y ¡así te queremos, vital como siempre! …Te mandamos todo el amor del mundo, desde el Chota, Esmeraldas, Quito y tantas comunidades que recorriste con tu arte y con tu compromiso revolucionario.”

También Martha Escobar, la abogada que reflexiona “me hace pensar lo frágiles que somos todos y que no estamos exentos de cosas duras… Si estuviese allá … me uniría al festival cultural y la iría a ver”

Y Acacia Pacheco, que está aquí con nosotros ha querido decirte que el “Ecuador tiene el orgullo de haberse nutrido con tu presencia, con tu arte, con tu grandeza y tu entrega cuyos frutos hoy se plasman en manos de compatriotas que recogieron tu enseñanza y que en este momento de tu delicada salud sumamos con ellos fuerzas, energías positivas y todo nuestro amor para acompañarte!”

Es que estás en tantos corazones, en tantas voces, en los trazos de tantos está tu marca, la rigurosidad en tus actos y en el dibujo; en la tierra de siena natural y el azul de Prusia, en las tres partes iguales de aceite de linaza, agua ras y barniz; en el gesso, en la veladura.

Estás en la alegría y esa inmensa alegría está en ti con y a pesar de las penas, del dolor, de la preocupación por todos, por el mundo, por la vida. En los rostros de ojos grandes y bocas carnosas, mujeres de pelo largo, cuerpos heridos, expresiones dolientes, personajes de tu barrio, de la ciudad, de la vida, de esta vida que es tan viva en ti aunque ahora te esté aporreando, de esta vida que se aferra a ti y que no decae, llena de ánimo para el resto que es lo que te anima, de palabras para otros que son las que te alientan, de ganas de seguir dibujando, coloreando, caminando…

lunes, 7 de abril de 2008

carmen silva: homenaje



"nada pierdes con vivir, ensaya..."
Enrique Lihn

Homenajearemos a Carmen Silva
martes 8 de abril a las 20:00 hrs. en la sala SIDARTE
Ernesto Pinto Lagarruigue 131, Bellavista

Con el fin de transmitirle fuerzas y energias a nuestra querida amiga Carmen Silva, en el delicado estado de salud en que se encuentra, nos juntaremos este martes 8 de abril en la sala del SIDARTE (Ernesto Pinto Lagarrigue 121) a las 20 hrs.

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A propósito de nuestra querida amiga Carmen Silva, dejo aquí el link al blog de Renattus; en el transcribe un lindo artículo de Francisco Febres Cordero, "el pájaro Febres", escrito en el '85:

Ella se quedó con "la" .





miércoles, 2 de abril de 2008

la piojera


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terremoto, originally uploaded by dibufoto.