martes, 28 de abril de 2009

mario benedetti: el poeta hospitalizado

Ochenta y ocho años no es poco, supongo, pero eso lo sabe sólo quien los ha vivido y también sabe que a esa edad el cuerpo está más débil, eso pienso al leer, una vez más, la triste noticia:



FOTO: Mario Benedetti- GORKA LEJARCEGI

Se me aprieta el corazón y busco algún libro suyo, pero aquí, a la hora de salida de la oficina no hay ninguno; caigo en cuenta que es el único lugar en el que no tengo uno, porque en casa no hay lugar ni espacio donde Benedetti no esté presente. Hoy no será en papel que lo lea, porque en "Mis Archivos" hay también poemas suyos.

Desde la adolescencia, cuando mi madre me entregó "El cumpleaños de Juan Ángel", llena de emoción después de ella leerlo, él ha estado presente (ahora también lo está en la vida de mis hijas). Sigue presente en todo, como hace diez años, cuando acompañada por Rafael con su matera al hombro y tomando mate, caminamos por el Montevideo del poeta, por esa ciudad cercana de veredas rotas que cuando es verano y si se miran desde las ventanas altas aparecen como cubiertas por alfombras de color verde y violeta, de los árboles de jacarandá que la cubren...así la recuerdo. Es que cuando nos conocimos con Rafael recorrimos sus poemas, fue el punto de encuentro que marcó lo que ahora es una de las más bellas amistades, de esas en las que se reconoce a alguien como a un hermano entrañable.

Ochenta y ocho años... ¿cómo será tenerlos en el cuerpo cuando el alma está llena de poemas?



ÚLTIMAS PALABRAS

Hay mentiras que vuelan como albatros
y otras que vibran como colibríes
embustes enormes como aconcaguas
y otros pequeñísimos como tréboles

suele mentirse como se respira
como se pestañea o se estornuda
mentir en el amor es más difícil
porque en el beso suenan las alarmas

la verdad es tan pulcra tan extraña
como el atajo que atraviesa un bosque
no obstante lo peor lo imperdonable
es mentir en momentos decisivos
por ejemplo en las últimas palabras


SOLEDADES

ELLOS TIENEN RAZÓN
esa felicidad
al menos con mayúscula
no existe
ah pero si existiera con minúscula
sería semejante a nuestra breve
presoledad

después de la alegría viene la soledad
después de la plenitud viene la soledad
después del amor viene la soledad

ya sé que es una pobre deformación
pero cierto es que en ese durable minuto
uno se siente
solo en el mundo
sin asideros
sin pretextos
sin abrazos
sin rencores
sin las cosas que unen o separan

y en esa sola manera de estar solo
ni siquiera uno se apiada de uno mismo
los datos objetivos son como sigue

Hay diez centímetros de silencio
entre sus manos y mis manos
una frontera de palabras no dichas
entre tus labios y mis labios
y algo que brilla así de triste
entre tus ojos y mis ojos

claro que la soledad no viene sola

Si se mira por sobre el hombro mustio
de nuestras soledades
se verá un largo y compacto imposible
un sencillo respeto por terceros o cuartos
ese percance de ser buenagente

Después de la alegría
después de la plenitud
después del amor
viene la soledad

conforme
pero
qué vendrá después
de la soledad

a veces no me siento
tan solo
si imagino
mejor dicho si sé
que más allá de mi soledad
y de la tuya
otra vez estás vos
aunque sea preguntándote a solas
qué vendrá después
de la soledad.


PIEDRITAS EN LA VENTANA
a roberto y adelaida

DE VEZ EN cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que está ahí esperando
pero me siento calmo
casi diría ecuánime
voy a guardar la angustia en un escondite
y luego a tenderme cara al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas

quién sabe dónde quedan mis próximas huellas
ni cuándo mi historia va a ser computada
quién sabe qué consejos voy a inventar aún
y qué atajo hallaré para no seguirlos

está bien no jugaré al desahucio
no tatuaré el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca

está bien me doy por persuadido
que la alegría no tire más piedritas
abriré la ventana
abriré la ventana.


NO LO HARÁS EN VANO

NO LO HARÁS EN vano

Ah no lo harás en vano

se te helarán los dedos
y el corazón y los olores

se te helará la noche
y la arrogancia y las rodillas

se te helará la sangre
y los crepúsculos y el humo

se te helará el bostezo
y el ademán y la lujuria

se te helarán los ojos
la madrugada y el esperma

se te helará el ritual
y las caricias y los signos

se te helará la luna
y el arbolito y la garganta

se te helarán los labios
y los disfrutes y la vida

todo está listo
no lo harás en vano




SOBRE BENEDETTI Ver:

MARIO BENEDETTI: A Fondo (EL PAIS)

3 comentarios:

José Ignacio Lacucebe dijo...

Ochenta y ocho?
NI podía imaginarlo siempre me ha perecido muy muy joven.
Un saludo

Flori dijo...

Esperemos que se mejore y siga escribiendo po, pucha como me gustan sus novelas y poesias, como sabes ma es uno de mis escritores favoritos....

Nochestrellada dijo...

Pasé varias veces a leerte, no puedo hacer otra cosa que leerlo desde que supe la triste noticia.
Me hubiera encantado escribirle algo, pero cuando me llega tanto, como él, las palabras se me escapan.
Mario también forma parte de mi vida, de mi historia, su huella es y será eterna...solo me gustaría que se quede un ratiro más...