en EL PAÍS se cuenta de la celebración del Día de la Música el 21 de junio, en el que participarán más de veinte artistas, repartidos en cuatro ciudades importantes de España en actos que se realizarán simultáneamente. Las ciudades, Madrid, Barcelona, Valencia y Santiago. Lo interesante es que no serán únicamente los cuatro conciertos, sino que habrán actividades culturales durante todo el día.
Lo que me ha llamado la atención es la participación de Enrique Morente con Lagartija Nick que se presentarán con OMEGA, la producción conjunta realizada en 1996 (cuya música he subido al podcast). Que pena que sea a 15.000 km. de distancia.
Como reflexión, sólo el constatar que por estos lares este tipo de iniciativas no se dan. Es decir, en Santiago ha ido creciendo el "Santiago a Mil" y aunque es algo puntual, vale la pena rescatar por el carácter gratuito y masivo que tiene, especialmente este año en que se lucieron en la clausura. Así mismo esporádicamente se realizan eventos culturales que por un lado son poco difundidos y por otro, muchas veces con un nivel que deja que desear.
Es que el concepto de llevar cultura a la gente pasa por el tema del financiamiento. Es cierto que hay más fuentes que aportan recursos como la "Minera Escondida", "Entel" y alguna más que no recuerdo, que respaldan estas actividades, pero son contadas y limitadas, cuando este es un país en el que perfectamente se podrían realizar muchas cosas con el financiamiento de más empresas vía descargo de impuestos, si es que hubiera mayor consciencia, pero es que es tan poco valorada la necesidad de aportar con cultura al crecimiento espiritual de la gente, especialmente cuando el crecimiento del consumo es la meta principal.
Lo que me ha llamado la atención es la participación de Enrique Morente con Lagartija Nick que se presentarán con OMEGA, la producción conjunta realizada en 1996 (cuya música he subido al podcast). Que pena que sea a 15.000 km. de distancia.
Como reflexión, sólo el constatar que por estos lares este tipo de iniciativas no se dan. Es decir, en Santiago ha ido creciendo el "Santiago a Mil" y aunque es algo puntual, vale la pena rescatar por el carácter gratuito y masivo que tiene, especialmente este año en que se lucieron en la clausura. Así mismo esporádicamente se realizan eventos culturales que por un lado son poco difundidos y por otro, muchas veces con un nivel que deja que desear.
Es que el concepto de llevar cultura a la gente pasa por el tema del financiamiento. Es cierto que hay más fuentes que aportan recursos como la "Minera Escondida", "Entel" y alguna más que no recuerdo, que respaldan estas actividades, pero son contadas y limitadas, cuando este es un país en el que perfectamente se podrían realizar muchas cosas con el financiamiento de más empresas vía descargo de impuestos, si es que hubiera mayor consciencia, pero es que es tan poco valorada la necesidad de aportar con cultura al crecimiento espiritual de la gente, especialmente cuando el crecimiento del consumo es la meta principal.
2 comentarios:
Mi hijo es un enamorado del flamenco, yo entré tarde en este mundo, en conocerlo, en apreciarlo, cuando lo oigo me gusta, pero debo confesar con tristeza, que a veces olvido que existe.
Es una pena, porque sé que me pierdo algo hermoso.
No me enteré de la celebración del Día de la Música, mi círculo de amistades no es aficionado al flamenco y esto también influye.
Esta vida es un "rollo", tú a 15.000 kms. y deseando haber estado y yo aquí, y no me entero.
Tengo una gran contradicción con este tema, quiero, pero no acabo de entrar a fondo, tengo que escucharlo más. Este verano iré algún día a un ciclo que hay en Jerez, se llama Viernes Flamencos, ya te contaré.
Un abrazo.
si, es verdad, es contradictorio, Irene.
No conozco España, menos el sur de tu tierra y no sé como es un tablao, no logro comprender la manera que usan la voz en el flamenco, me refiero como es la impostación que no es una técnica adquirida sino aprendida en la vida. Son preguntas que me hago y sin embargo vibro con el flamenco, lo siento, me emociona, me atrapa, me traspasa, quiero saber todo de él y lo busco, lo escucho.
Provengo de un sincretismo de culturas, por un lado la herencia de los pueblos que vivían en lo que hoy es el Ecuador antes de la llegada de los españoles y la cultura traida desde España y que se quedó junto a la imposición del catolicismo y sus constumbres y manifestaciones de religiosidad que se mezclan con los festejos populares propios, autóctonos: misas, procesiones, pasacalles.
Heredamos las corridas de toros y junto a ellas, supongo yo, sonó el flamenco y por más de alguno de mi familia a mi me llegó y es algo necesario, tranqulizador, energizante y absolutamente liberador.
Y lo más contradictorio es que vivo en un país a 5000 Km del mío en el que el flamenco no existe y sin embargo en mí sigue y crece, con el aliciente que por lo menos he encontrado un amigo, por lo menos uno, con el que comparto ese gusto.
Paradójico, verdad?
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