esta semana estaba el Festival Internacional de Cuenta Cuentos y hace un par de días estuve allí.
Hace quince años empezaron los cuenta cuentos en la Casa en el Aire en Bellavista. Recuerdo esos años, cuando comenzaron con el taller de narrativa oral de Carlos Genovese, poco a poco se fueron ganando un espacio y no ir los miércoles empezó a ser imperdonable, porque aparte del gusto de escuchar los cuentos nos reuníamos con los amigos.
Asistí durante varios años, sin falta pero llegó un momento en que perdieron el brillo inicial. La última vez fuimos las tres a alguno de los capítulos del festival internacional. Es decir, he regresado a los años y no sé cuántos.
Fue muy agradable encontrarme con el lugar como era, igual de cálido. Me gustó ver un par de caras de las de antes todavía contando cuentos y con mayor creatividad. Y una sorpresa fue ver a Juan Guerrero, "Juanito" como le díce la To, a quien conocí hace años como actor del grupo de teatro "La Tirana" fundado y dirigido por el querido Jorge López Vidal, que desde hace poco más de un año vive en su Buenos Aires. Juan narró una historia de esas que el dijo que son "cazadas" por el mismo en la calle. En realidad la contó-actuó y fue muy bueno. Luego, obviamente conversamos, recordamos a Jorge (¿qué será del amigo?es que no es lo mismo de vez en cuando chatear a sentarse a conversar) y también intercambiamos los blogs.
Conocí también a un par de personas, amigos de la amiga que me invitó. Fue una buena conversación sobre culpas y vocaciones, de ese "deber ser" sin permitirse ser. Hablamos sobre esa transversalidad de la rigidez y la culpa que no le permite a la mayoría de gente de este país hacer y ser lo que quiere; de esa obligación de ser lo que se estudió pensando que era una vocación sin permitirse hacer otras, aunque aparezcan atractivas, porque ya se optó por algo. Y no es una referencia al trabajo, a lo laboral, sino a la libertad de hacer cosas que produzcan entusiasmo, alegría y que no necesariamente tienen que ser rentadas. Justamente ese día leí una entrevista a un español bloguero que hablaba de las múltiples vocaciones y que me llevó a la reflexión sobre el poder trabajar para vivir, es decir, no vivir en función del trabajo y hacer cosas que produzcan satisfacción (independientemente de cuanto reporta) en lugar de vivir para trabajar en función de acumular.
Descubrí que no era culpa de mi memoria o de haber usado una clave extraña, sino que tenía que renovar mi registro en "Letras de Chile" para poder entrar y me enteré de una bella iniciativa que están llevando a cabo Letras de Chile con el Hogar de Cristo y Un Techo para Chile: "Tenemos tanto que contar" y que consiste en que adultos mayores del Hogar de Cristo que se han entrenado en la narrativa oral y en el canto popular van a los locales de la Red de Bibliotecas Infocap que mantiene Un Techo para Chile en los distintos campamentos de Santiago a contar y cantar. Me emocionó el saber que se hacen estas cosas hermosas y que hay gente que dando pasos de hormiguita avanza construyendo.
Me gustó, también saber, que el lenguaje está cambiando y ya no es "dame tu teléfono" o "dame tu email", sino "dame tu blog" y que eso va ligado al concepto de "comunidad virtual".
Hace quince años empezaron los cuenta cuentos en la Casa en el Aire en Bellavista. Recuerdo esos años, cuando comenzaron con el taller de narrativa oral de Carlos Genovese, poco a poco se fueron ganando un espacio y no ir los miércoles empezó a ser imperdonable, porque aparte del gusto de escuchar los cuentos nos reuníamos con los amigos.
Asistí durante varios años, sin falta pero llegó un momento en que perdieron el brillo inicial. La última vez fuimos las tres a alguno de los capítulos del festival internacional. Es decir, he regresado a los años y no sé cuántos.
Fue muy agradable encontrarme con el lugar como era, igual de cálido. Me gustó ver un par de caras de las de antes todavía contando cuentos y con mayor creatividad. Y una sorpresa fue ver a Juan Guerrero, "Juanito" como le díce la To, a quien conocí hace años como actor del grupo de teatro "La Tirana" fundado y dirigido por el querido Jorge López Vidal, que desde hace poco más de un año vive en su Buenos Aires. Juan narró una historia de esas que el dijo que son "cazadas" por el mismo en la calle. En realidad la contó-actuó y fue muy bueno. Luego, obviamente conversamos, recordamos a Jorge (¿qué será del amigo?es que no es lo mismo de vez en cuando chatear a sentarse a conversar) y también intercambiamos los blogs.
Conocí también a un par de personas, amigos de la amiga que me invitó. Fue una buena conversación sobre culpas y vocaciones, de ese "deber ser" sin permitirse ser. Hablamos sobre esa transversalidad de la rigidez y la culpa que no le permite a la mayoría de gente de este país hacer y ser lo que quiere; de esa obligación de ser lo que se estudió pensando que era una vocación sin permitirse hacer otras, aunque aparezcan atractivas, porque ya se optó por algo. Y no es una referencia al trabajo, a lo laboral, sino a la libertad de hacer cosas que produzcan entusiasmo, alegría y que no necesariamente tienen que ser rentadas. Justamente ese día leí una entrevista a un español bloguero que hablaba de las múltiples vocaciones y que me llevó a la reflexión sobre el poder trabajar para vivir, es decir, no vivir en función del trabajo y hacer cosas que produzcan satisfacción (independientemente de cuanto reporta) en lugar de vivir para trabajar en función de acumular.
Descubrí que no era culpa de mi memoria o de haber usado una clave extraña, sino que tenía que renovar mi registro en "Letras de Chile" para poder entrar y me enteré de una bella iniciativa que están llevando a cabo Letras de Chile con el Hogar de Cristo y Un Techo para Chile: "Tenemos tanto que contar" y que consiste en que adultos mayores del Hogar de Cristo que se han entrenado en la narrativa oral y en el canto popular van a los locales de la Red de Bibliotecas Infocap que mantiene Un Techo para Chile en los distintos campamentos de Santiago a contar y cantar. Me emocionó el saber que se hacen estas cosas hermosas y que hay gente que dando pasos de hormiguita avanza construyendo.
Me gustó, también saber, que el lenguaje está cambiando y ya no es "dame tu teléfono" o "dame tu email", sino "dame tu blog" y que eso va ligado al concepto de "comunidad virtual".
2 comentarios:
Gracias Francisca por brindarme esta ocasión, quizá no es la simple casualidad la que nos ha puesto en esta senda y es que es este mundo tan pequeño y somos tan pocos estos miles de millones de seres humanos que decimos habitarlo, que no puede ser casualidad que nos encontremos... lo digo por To, por Jorge y por los cuentos y por este teatro que me ha llevado por las sendas de esas vidas y ahora por tu rivera... Gracias por tus palabras que le agradan a mi ego y justifican mis ganas, que potencian el desafio y me obligan a mejorar. Tal como lo dices, que maravilla es estar conectados en esta red, en este universo de lugares donde reina la palabra y la imagen, como no me he de sentir egolatramente beneficiado, si me nombras en tu espacio donde me permites compartir un pequeño espacio con un gigante como Juan Gelman.
Simplemente gracias
Juan Guerrero
Publicar un comentario