En un post anterior puse el link a un artículo del periódico HOY, en el que Fernando Carrión habla sobre "Las ciudades capitales". Ahora nuevamente quiero citar otro artículo de él mismo sobre "La nueva coyuntura urbana" en el que analiza un nuevo patrón de urbanización en el contexto de la globalización, en el que se incorporan la reforma del Estado, la migración y la formación de una ciudad en red, tema que aborda en un artículo anterior (Región virtual: patria peregrina) desde la perspectiva de la necesidad de agrupar desde lo que sería una "región virtual" a los ciudadanos que viven fuera del país aprovechando los recursos que la red ofrece y me parece deben no sólamente ser tomados en cuenta, sino incorporados al cotidiano de los ciudadanos como una herramienta más que nos permita ser persistentes en la ocupación del espacio público al que F. Carrión define como "un ámbito contenedor de la conflictividad social, que contiene distintas significaciones dependientes de la coyuntura y de la ciudad de que se trate" (del mismo autor Espacio público: punto de partida para la alteridad).
El tema de la ocupación del espacio público me parece fundamental como un ejercicio del ser ciudadanos. Amparo Menéndez-Carrión, en la entrevista realizada por Ecuadorinmediato el mes pasado habla al respecto insertandolo dentro de lo que es la cultura ciudadana. En ciudades tan segregadas como Santiago, concepto de plaza y barrio son instancias que se dan en las comunas con menos recursos donde los niños juegan en la calle, los jóvenes ocupan las esquinas y los vecin@s establecen redes sociales con los otr@s vecin@s; donde se convive en el encuentro en la feria, en una "completada", en la pichanga, etc. y hay comunión entre sus habitantes precisamente en los espacios públicos o las calles y son lugares donde escasean los árboles, no hay plazas y el verde no es precisamente el color imperante. En cambio en otros sectores los espacios privados son los válidos y las plazas se encuentran vacías, los árboles cobijan la hierba y las plantas y uno que otro que pasa raudo trotando o en bicicleta.
Carrión habla también de un cambio en las demandas sociales urbanas, tema que, pienso, no sólo pasa por las distintas formas de configuración de las ciudades sino también por lo que en ellas sucede, como en el caso de Santiago, intervenido-alterado por el Transantiago y por las consecuencias que ello ha traido.
En la tarde del encuentro de cleteros a comienzos de diciembre llegó un ciclista desde Puente Alto que nos contó que diariamente el se traslada, al igual que la mayoría de santiaguinos, desde su comuna a Quilicura, es decir, al otro extremo de la ciudad y desde que está el Transantiago depende absolutamente de la bicicleta. Sale de su casa a las 5 de la mañana para llegar a tiempo al trabajo y el nos contaba de la cantidad de personas que hacen lo mismo y lo dificil que se hace el pedaleo por la falta de respeto al ciclista. Le sugerimos que se organizaran y los ojos le brillaron cuando entendió que sólo de esa forma se podía presionar a las autoridades para el aumento de las ciclovías, para crear consciencia sobre los derechos de quienes usan vehículos a tracción humana, etc. Son demandas diferentes, nuevas que involucran a todos los habitantes de las ciudades y a sus autoridades en un contexto diverso.
El tema de la ocupación del espacio público me parece fundamental como un ejercicio del ser ciudadanos. Amparo Menéndez-Carrión, en la entrevista realizada por Ecuadorinmediato el mes pasado habla al respecto insertandolo dentro de lo que es la cultura ciudadana. En ciudades tan segregadas como Santiago, concepto de plaza y barrio son instancias que se dan en las comunas con menos recursos donde los niños juegan en la calle, los jóvenes ocupan las esquinas y los vecin@s establecen redes sociales con los otr@s vecin@s; donde se convive en el encuentro en la feria, en una "completada", en la pichanga, etc. y hay comunión entre sus habitantes precisamente en los espacios públicos o las calles y son lugares donde escasean los árboles, no hay plazas y el verde no es precisamente el color imperante. En cambio en otros sectores los espacios privados son los válidos y las plazas se encuentran vacías, los árboles cobijan la hierba y las plantas y uno que otro que pasa raudo trotando o en bicicleta.
Carrión habla también de un cambio en las demandas sociales urbanas, tema que, pienso, no sólo pasa por las distintas formas de configuración de las ciudades sino también por lo que en ellas sucede, como en el caso de Santiago, intervenido-alterado por el Transantiago y por las consecuencias que ello ha traido.
En la tarde del encuentro de cleteros a comienzos de diciembre llegó un ciclista desde Puente Alto que nos contó que diariamente el se traslada, al igual que la mayoría de santiaguinos, desde su comuna a Quilicura, es decir, al otro extremo de la ciudad y desde que está el Transantiago depende absolutamente de la bicicleta. Sale de su casa a las 5 de la mañana para llegar a tiempo al trabajo y el nos contaba de la cantidad de personas que hacen lo mismo y lo dificil que se hace el pedaleo por la falta de respeto al ciclista. Le sugerimos que se organizaran y los ojos le brillaron cuando entendió que sólo de esa forma se podía presionar a las autoridades para el aumento de las ciclovías, para crear consciencia sobre los derechos de quienes usan vehículos a tracción humana, etc. Son demandas diferentes, nuevas que involucran a todos los habitantes de las ciudades y a sus autoridades en un contexto diverso.
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