En el Metropolitan de Nueva York está este pequeño ibis con tonalidades azules con el que aluciné (por eso la foto) y entonces me quedó rondando la idea de que los pájaros, algunos, deberían ser azules... por que sí.
La bandurria pasó a ser un pájaro amigo cuando aquel que me las presentó a las bandurrias decidió "desaparecer". Cuando pasan cosas inesperadas como esa que desestabilizan afectivamente nos aferramos a lo que está a mano para salir a flote y así fue como me aferré a la imagen de una bandurria... y esta se tornó azul, supongo que tratando de imitar a los pájaros en su levedad para encaramarse a los cielos y olvidarse de las penas terrenas.
Pero felizmente todo pasa y las penas se van y la vida se ilumina con bellos colores y cuando finalmente pude sonreir y mirar hacia atrás sin recuerdos nublados de lágrimas la bandurriazul pasó a un papel y por esas cosas que tienen de complicidad entre la pluma y la tinta, la bandurria dejó de ser tan azul y se llenó de plumas rojas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario