sábado, 26 de enero de 2008

todo bien para ser sábado

Con la pequeña que regresó de Viña anoche, después de seis días, vamos a nuestro ritmo, sin apuros, viendo una extraña película, no mala, tampoco buena, sólo extraña ("Tu y yo y todos los demás"). Hemos comido como a veces nos gusta, pescado (merluza) pasado apenas por harina, sin sal ni nada, frito rápidamente en aceite muy caliente, con un toque de salsa de soya al momento de comerlo. Puré de berenjenas (horneadas, machacadas y con un poquito de ajo y aceite de oliva), maduro cocido (en el microondas) para amenizar y porque no podían esperar más días sin cocción y un pan de soya (lo venden como "hamburguesa de soya", pero es como un rico pan). Las lechugas y el pepino quedaron para la tarde.

Hemos hablado con la niña de Quito, con la mamita, con el papá y la To que llegaba de Manabí. La niña está contenta, su tono de voz es alegre y los abuelos están aun más; la voz de mi madre es cantarina, dulce como siempre, pero me encanta sentirla con ese tono de que todo está bien al igual que el del doctor. No los ví, estaban en el notebook de mi niña y la cámara la dejó acá; pero cuando se conecten con el de allá les veré las caras sonrientes. Siento que me contagio con ellos y se siente bien.

Bien para ser sábado de verano y ahora a ver la masiva clausura del Santiago a Mil en el Parque O'Higgins...yo? en algo tan masivo? si, con la cámara!! Ya veremos que se logra.

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